Llega diciembre y, a veces, parece que el mundo entra en una carrera de velocidad. Las calles se llenan de tráfico, las tiendas de gente y nuestras mentes de listas de "cosas por hacer". Entre la búsqueda del regalo perfecto, la preparación de la cena y la decoración, corremos el riesgo de olvidar al verdadero protagonista de la fiesta.
Hoy quiero invitarte a hacer una pausa en medio del ruido y respirar profundo.
¿Qué celebramos realmente?
La Navidad no se trata de cuánto gastamos, sino de cuánto amamos. No se trata de la decoración perfecta en la mesa, sino de quiénes se sientan alrededor de ella.
Como nos recuerda la escritura: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz." (Isaías 9:6).
La Navidad es la celebración de esa *Paz*. Es el recordatorio de que, incluso en tiempos difíciles, no estamos solos. La luz llegó al mundo no en un palacio lleno de lujos, sino en un pesebre humilde. Eso nos enseña que la felicidad no está en lo material, sino en la sencillez y en la cercanía con Dios.
Este año, te propongo regalar algo diferente:
1. *Tu Tiempo:* Siéntate a escuchar a ese familiar que se siente solo. Guarda el celular durante la cena.
2. *Tu Perdón:* La Navidad es un tiempo de reconciliación. Soltar rencores es el mejor regalo que puedes darte a ti mismo para tu bienestar emocional.
3. *Tu Fe:* Comparte un mensaje de esperanza. A veces, una palabra de aliento es lo único que alguien necesita para seguir adelante.
Una invitación para ti
En *V28infinito / Plenitud Digital*, mi deseo es que encuentres ese equilibrio entre el bienestar emocional y tu vida espiritual.
Si sientes que necesitas empezar el próximo año con más paz y menos ansiedad, quiero hacerte un regalo especial. He preparado un E-book gratuito llamado *"30 Días con Dios"*. Es una guía sencilla para reconectar con tu fe día a día.